Cada noche los colombianos esperan la hora para ver Master Chef celebrity, el reality más famoso de la televisión. En esta temporada los participantes se han arriesgado a hacer todo tipo de retos. Uno de los más especiales fue, sin duda, el de panadería, durante el cual los concursantes debían llegar al atril con un pan de autor. Esta emisión tuvo la participación de tres panaderos que, junto con Zubiría, Carpentier y Raush, tenían la tarea de calificar a los famosos de la competencia. ¡Esta fue su experiencia!
Los tres coinciden en que llegaron llenos de nervios al set de grabación, pero sabían que era una experiencia única y tenían claro que muy pocos tienen la oportunidad de compartir un momento profesional con los jurados de un reality como este, a quienes ellos consideran unos verdaderos ‘monstruos’ de la gastronomía.
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Ana Milena Castro
Esta bogotana nació viendo a sus papás hacer pan. Por eso, para ella no es extraño tener tanto amor por este producto. Su acercamiento ocurrió desde muy pequeña, época en la que tuvieron su primera panadería. Sin embargo, por cosas del destino, sus padres decidieron cerrarla. Cuando Ana Milena estaba haciendo su posgrado de Organización Industrial en Francia, sus papás se aventuraron y abrieron Calicanto, una panadería ubicada al sur de Bogotá.
Tras su llegada de Europa, Ana Milena comenzó a especializarse y a entender el proceso de elaboración del pan. Desde entonces, –año 2018-, está dedicada a crear y a ofrecer nuevas opciones en las dos sedes con las que actualmente cuenta la panadería.
Luego de su participación en MasterChef, Castro asegura que se siente orgullosa del proceso que ha recorrido en este campo, y tiene claro que su objetivo es promover el tema de la innovación dentro de la panadería. Su manera de lograrlo es a través de nuevas texturas y sabores. Por eso, hace preparaciones no convencionales, como el Croissant de feijoas y habas que ofrece en Calicanto.
Además, otro de sus retos es darle mayor visibilidad a este alimento a través de platos como el Panne cook o diferentes preparaciones de huevos , con pan en el medio, que hacen parte del menú de su panadería. “En Colombia se suele comer pan solamente durante el desayuno, pero en el resto de países no es así, por eso siento que es necesario darle mayor protagonismo en platos que se puedan comer a cualquier hora del día”.
Victor Hugo Ospína vargas
Este panadero, hecho a pulso, dice que su participación en MasterChef fue un “logro cumplido”, ya que esta cocina es el anhelo de cualquiera que trabaja en gastronomía. Para él, haber estado en este programa es el reconocimiento a la labor que ha hecho durante años.
Ospina empezó a trabajar en panadería a los 17 años, cuando un amigo lo invitó a que fuera ayudante en el negocio en el que era panadero. Lo primero que tuvo que hacer allí fue limpiar las latas, pero el dueño del negocio, ubicado en Guamal (Meta), le pidió que ejerciera como panadero, un día que su amigo faltó al trabajo por estar ‘enguayabado’.
Pero la oportunidad de crecer y aprender más de este oficio siente que realmente se la debe a Yulian Quintero, dueño de Buñuelos Pan, en Itagüí (Antioquia), quien además de darle empleo, lo motivó a aprender más del oficio y no dudó en creer en él, a tal punto de punto de ofrecerle una ayuda económica para que estudiara repostería. Victor reconoce que él fue su mentor, su amigo, y quien le abrió el camino para ser lo que es hoy en día.
Luego de haber trabajado durante un poco más de 3 años con Quintero, desde hace 12 meses, Ospina está dedicado a trabajar en su propia panadería: Caprichos Pan, ubicada en el Centro de la Moda de Itagüí. Desde su negocio, este panadero y repostero, cree que debe apostarle a recuperar el verdadero sabor del pan, pues considera que los precios de los insumos no permiten, en muchas ocasiones, que las panaderías tengan un producto como el de antes: de gran calidad. Por eso, siente que una buena mantequilla, además de los huevos, son fundamentales para darle el verdadero sabor al pan. “Esa es mi apuesta, tener siempre buenos ingredientes y lograr un sabor que la gente no olvide”.
Mateo Fernández
“Me gustó mucho la prueba que pusieron de hacer un pan de autor”, dice Mateo Fernández sobre el capítulo en el que participó de MasterChef. Este paisa, que estudió gastronomía en la Colegiatura, en Las Palmas, actualmente es reconocido por su pan, ya que distribuye a muchas ciudades del país.
Mientras estudiaba le tomó un gusto especial a la clase de panadería y, por eso, empezó a experimentar con ingredientes que, para ese entonces, –año 2014-, aún no eran convencionales en este campo, como es el caso de la Nutella o los tomates secos.
En sus inicios, Fernández empezó a hornear en su casa alrededor de 32 panes, un día a la semana. “No podía más, porque estudiaba y el tiempo no me daba”, comenta. Sin embargo, tuvieron tanto éxito, que empezó a venderlos en Mercasano, un lugar en donde solo hay productos saludables. La gente se preguntaba por qué vendían esos panes allí, pero vendieron la idea de “llevar el pan que rompía la dieta”. Con el tiempo ya horneaba dos veces a la semana, 32 panes cada día. “Se vendían rapidísimo”, cuenta.
La pandemia fue su mejor época. Gracias a una maquilladora de modelos, sus panes comenzaron a ser conocidos en redes. “Ella me ayudó para que ellas conocieran el producto, y sin decirles nada, lo posteaban. Así fue como mis panes comenzaron a ser cada día más reconocidos”.
Durante esos años de encierro, Fernández ya vendía a nivel nacional. Hacía envíos diarios de 15 cajas con 32 panes cada una. Actualmente tiene una planta de producción y un equipo de trabajo de 18 personas. Además, cuenta con 5 puntos propios de distribución y el 9 de agosto abrió su primer café, llamado Mateo Fernández, ubicado en el segundo piso del Centro Comercial City Plaza, en Envigado.
Sus panes tan variados –queso holandés, chocolate blanco, chocolate con almendras, nutella, brownie, integral de centeno y brioche- parece que seguirán conquistando el paladar de muchos más colombianos, pues Fernández le apuesta diariamente a llegar a más rincones del país.
