El nombre de Tulio Zuloaga es un referente en la cultura del entretenimiento nacional. Algunos lo recuerdan como actor, otros lo oyeron a través de la radio bajo su rol de locutor, y otros cuantos bailaron al ritmo de sus composiciones musicales, aquellas que lo llevaron a ser uno de los artistas más influyentes del folclor nacional en la década del 90.
Sin embargo, hoy Tulio es una persona diferente, un emprendedor que lejos de los reflectores de una tarima, ha dedicado los últimos 12 años de su vida a recorrer las calles del mundo, descubrir nuevos sabores y llevar a la gastronomía local a un plano diferente. Gracias a su labor de gastrónomo o de “comelón”, como él mismo se define, le ha dado la oportunidad a restaurantes que no cuentan con presupuestos gigantes para promocionarse, de darse a conocer a través de sus canales digitales de manera gratuita.
La mente detrás de los Burguer, Pizza y Sushi Master ahora ha incursionado en la escena panificadora trazando un reto que tiene como fin encontrar el mejor pan de chocolate del país.
Algunos medios lo han catalogado como un emprendedor eterno. Pero, ¿el tema gastronómico hace parte de un emprendimiento dentro de su carrera, o desde siempre ha estado presente en su vida?
Hay cosas que nunca olvidaré. Por ejemplo, en vez de hacer asados y sancochos, en mi familia se cocinaban paellas y las rematábamos con bollo de yuca y suero costeño. Y aunque el tema siempre ha estado ahí (vengo de una familia española amante de la buena gastronomía y de los vinos), nunca pensé que iba a dedicarme por completo a ello. Mi primer acercamiento a la gastronomía en público se dio por la época en donde los programas de cocina estaban de moda. En ese entonces a Teleantioquia se le ocurrió hacer un programa llamado “Comer para ser feliz”; evaluaron quién podría funcionar para el formato y encontraron que yo tenía experiencia tanto en televisión como en cocina.
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Nace de una obsesión que creé hacia las hamburguesas. Me di cuenta que este producto tiene mucho que contar, por lo que empecé a trazarme una labor periodística desde lo gastronómico para probar y rescatar los sabores artesanales que se estaban creando. Hice un listado de cuáles hamburguesas tenían elementos en particular e inicié una búsqueda por todo el mundo. Pasé dos años conociendo a grandes expertos en el tema, descubriendo sus técnicas y referenciándolas en una especie de manual que creé de la hamburguesa perfecta. En el camino descubrí que hacían concursos de hamburguesas en todo el mundo, por lo que se me ocurrió crear un espacio en donde la gente tuviera la oportunidad de visitar, en una semana, la mayor cantidad de hamburgueserías, para de paso promover la cultura de consumo de los negocios artesanales que para 2017 se estaba imponiendo en Medellín.
En un principio pensé que estaba muy bien creado. Lo visualicé como algo pequeño, pero a medida que pasaban las horas la sorpresa comenzó a ser grande. Cuando arrancó el festival, proyectamos que en 11 días de Burguer Master, los 30 participantes podrían vender un total aproximado de 11.000 hamburguesas. La vaina fue que esa cantidad se vendió, pero no en una semana sino en el primer día. La primera edición cerró con un total cercano a las 100.000 hamburguesas.
Todo lo que recomiendo, grabo en video y escribo en mis reseñas es totalmente limpio. ¿De qué se sostiene la red? de los concursos, de los valores de inscripción de los Master y por supuesto de los patrocinadores. Sin embargo, no saturo mis redes con producto. Todo lo contrario cuando una marca viene para proponerme algo la someto por un proceso que denominé como las 4 ventanas de la verdad; solo acepto si conozco la marca, sé que es la mejor de su categoría, está en mi casa y se la doy a mis hijos, y es responsable ante la comunidad. El éxito de los Master radica en ese respeto por las demás personas y en no permitir que sea el dinero el que mande.
Para lograrlo tengo 3 claves: pasión; me convierto en el producto que estoy haciendo; entendimiento, saberlo absolutamente todo de aquello que hablo; bondad; evalúo cómo se va a beneficiar el restaurante y a su vez cómo esto beneficia a las demás personas. Cuando comencé no había estrategia, solo me enfoqué en contar las experiencias que vivía sin pensar que este iba a ser mi norte. Desde hace 10 años estoy inmerso en el mundo de la cocina; solo veo televisión si es un programa de gastronomía, solo leo libros si son de cocina.
Nada, llego a muchos lugares por casualidad, porque me los recomiendan o porque me escriben un correo a invitaciones@tuliorecomienda.com. A los que escriben les enviamos una carta en la cual aclara que el proceso será gratuito y que no deberán ofrecerme dinero. Si me gusta mucho la propuesta les haré escritos, videos, y contaré la historia en caso que el lugar me guste demasiado. En este momento hay más de 1.700 invitaciones provenientes de toda Colombia. Lo bonito de toda esta labor es que gracias a los Master y a las reseñas, restaurantes que han estado a punto de la quiebra logran solventarse y regresar a competencia.
Sé que a la gente le encanta el pan de chocolate, pero más allá de eso a mí también me encanta la panadería y más si tiene de por medio un buen chocolate.
Siempre me hago una pregunta antes de aceptar un reto: si me propusieran esto ¿yo que haría?, ¿iría a probar un pan de chocolate si me lo están recomendando? Hay mucho para hacer en este sector, hoy es un pan de chocolate mañana podrá ser un pan de chicharrón. La verdad no pensé que fuera a tener tanta aceptación pues desde ya planeo llevar el reto más allá de Bogotá y Medellín a otras ciudades de Colombia.
Con muchas cosas pero sobre todo he visto que en Colombia estamos haciendo panes bien hechos, con pre fermentos y masas madre. Los jurados con los que salí estaban sorprendidos con el resultado. Estamos haciendo panes al estilo antiguo, estamos panificando desde las raíces.
Lo mismo que dije antes; pasión: métete en algo que sepas que te va a convertir en el objeto tuyo, algo que te signifique estar pensando en ello todo el tiempo. Incluso cuando estés descansando. Entendimiento: a todo el mundo le gusta comer de los mejores. Hay que prepararse y tener un buen conocimiento; y beneficio: si montas un negocio solamente para lucrarte estas jodido; obvio que hay un interés en ello, pero si te enfocas en hacer las cosas bien y un producto único el dinero llegará por defecto.
En Bogotá me impactó el concepto de un restaurante llamado Villanos en bermudas. A nivel de hamburguesas puedo decir que Cúcuta, como ciudad, me impresionó gastronómicamente hablando. En Estados Unidos es difícil encontrar una buena hamburguesa artesanal, en Colombia las tenemos casi que en cada esquina. También me impacta mucho el emprendimiento callejero, para la muestra la “Churris” y Andrea: dos cocineras que hacen cocina bastante humilde pero que han sido la punta de lanza de gran parte de las cosas que yo hago. Pensando en eso creé un proyecto llamado “Callejeros con pedigrí“, que trata justamente de encontrar esos sabores de la calle que hacen tan especial la cultura gastronómica en Colombia.
Tulio es más que un influenciador. Sus reseñas son respaldadas por una carrera de gastronomía en la escuela Mariano Moreno y una especialización en gastronomía colombiana en el SENA.
