-
1 Mantén todo frío. Mete la mantequilla en la nevera 10–15 min antes de empezar si no está muy fría. Usa agua con hielo. Frío = masa quebradiza y hojaldrada.
-
2 Mezcla harina + sal (y azúcar si es dulce). En un bol amplio pon la harina y la sal. Si vas a rallar la mantequilla, hazlo directamente sobre la harina.
-
3 Incorpora la mantequilla. En la batidora con la pala a velocidad baja mezclar la mantequilla hasta que se genere un polvo fino semihúmedo
-
4 Añade agua fría poco a poco. Vierte 1 cucharada de agua fría a la vez y mezcla con una espátula o tus manos muy frías. Cuando la masa empiece a unirse al apretarla (sin estar pegajosa), para. No necesitas que quede lisa: busca que se compacte al prensar.
-
5 Formar disco y refrigerar. Junta la masa formando un disco aplastado (no amases). Envuelve en film y refrigera 30–60 minutos (mínimo 30 min). Esto relaja el gluten y solidifica la mantequilla.
-
6 Estirar y forrar molde. Espolvorea ligeramente harina sobre papel de hornear. Estira la masa entre dos papeles o sobre la mesa hasta 3–4 mm de espesor. Coloca en molde (presiona suavemente los lados), recorta el exceso y pincha el fondo con un tenedor (si no vas a rellenar con líquido crudo inmediatamente).
-
7 Reposo en molde (opcional). Para evitar que encoja, refrigera 15–30 min ya en el molde antes de hornear.