Tocaima un municipio del departamento de Cundinamarca, debe su nombre a un antiguo guerrero que allí veneraban, su rica tradición histórica y cultural, su clima fresco y sus famosas aguas medicinales, lo hacen un lugar ideal para conocer.
Entre sus platos típicos de cordero asado o sudado, criadillas, fritanga, gallina trucha, gran variedad de carnes frescas, la tradición panadera no se queda atrás, con sus garullas, colaciones, mantecadas, pan de yuca y un delicioso pan.
Panadería La Insuperable durante 60 años fue un referente del municipio, pero al morir su dueño la panadería cerró, sin embargo, y en honor a su nombre, La Insuperable, abrió sus puertas nuevamente, hace dos años después de durar más de 5 años cerrada.
Hoy revista Pan Caliente, les trae la historia de la segunda etapa de esta panadería de la mano de uno de sus dueños, Diego Ramos, un negocio que pretende rescatar una larga tradición.
Pan Caliente: ¿Quién es Diego Ramos?
Diego Ramírez: me dedico a la panadería desde 1997, en un oficio que llegó por accidente, no era a lo que me quería dedicar en la vida, empecé limpiado latas porque un panadero que necesitaba ayudante me convenció, luego fui hornero, lo que me ratificó que eso no era lo mío, sin embargo, cuando me enseñaron a hacer pan, el amor nació, ya no quise hacer otra cosa, entonces, mi sueño en ese momento era poder trabajar en la mejor panadería de la región, así que me esforcé y lo logré, empecé como ayudante, luego pasé a ser horneador, y me arriesgué a ser tablonero que es como le decimos a hacer pan, me quedé 9 años como panadero, en total trabajé 10 años en La Insuperable.
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DR: Un amigo mío compró una panadería y a los dos meses estaba aburrido y me propuso que me quedara con ella, mi papá toda la vida ahorró porque me decía Diego un día tenemos que tener una panadería propia, y ese día llegó y mi papá la compró, le cambiamos el nombre porque lo negocié con las dueñas, así qué Panadería Insuperable abrió nuevamente sus puertas hace casi dos años.
DR: La mogolla resobada es un producto muy representativo de la región que lleva harina, azúcar, sal, levadura, margarina y una pizca de amor, este producto hasta hoy ha sido el más vendido y preferido por personas de diferentes regiones que llegan hasta aquí solo por llevarse varias mogollas para Cali, Bogotá, Medellín, etc. Nuestra mogolla no se consigue en ninguna otra parte.
El pan aliñado pequeño y el grande también tiene mucha salida.
Además elaboramos pan calentano, hawaiano, roscón, muchos de estos productos se hacían en la panadería anterior, la idea es no dejar morir el legado y satisfacer a los clientes fieles de La Insuperable.
DR: Estudiar es muy importante en este oficio, yo fui empírico casi toda mi vida laboral, hasta que estudié en el SENA y aprendí una cantidad de cosas que se supone hacía bien y que me han servido para mejorar todo lo que hago hoy en día.
DR: Quiero tener oferta de postres en mi negocio, así que ese es el siguiente paso aprender repostería. Ya hago tortas por encargo, pero quiero tener una vitrina con una variedad de postres, quiero que mi negocio sea muy completo y llegue a ser lo que era antes; el mejor del pueblo.
DR: Lo mejor de ser panadero es sentirse contento cuando alguien se come uno de nuestros productos y que le guste, que digan que está rico, es muy satisfactorio. Desde que inicié como panadero me he preocupado porque cada cosa que haga salga bien, que sea de calidad, usando los ingredientes que sean los correctos para lograr siempre darles lo mejor a los clientes.
DR: Hay ingredientes que hacen de este oficio único; amor y pasión si no se tienen es imposible permanecer en él, y se lo digo yo que empecé a hacerlos porque tocó, pero me enamoré y aquí me quedé. Este oficio no es de horarios sino de pasión y de responsabilidad.
“El que llega a mover montañas, empezó moviendo piedras” – Confucio.
