Experto Panadero 2023

¡El Pan ha sido mi bendición!

Panadería San Antonio, Ubaté
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“La panadería San Antonio en Ubaté, tiene una tradición que comenzó hace cien años. Un molino de trigo acompañó el comienzo de esta historia a principios de 1.900, cuando los abuelos de Lucero Cornejo quien la maneja hoy, decidieron abrir una panadería. “

Las recetas funcionaron y el panorama se veía prometedor. Una década después temieron no poder seguir a causa de las enfermedades propias de los panaderos, sin embargo con tan solo 14 años y un colegio sin terminar, Ana Elisa Cornejo tomó las riendas del  negocio, con el beneplácito de sus padres. Ella era la tercera entre 8 hermanos. Con el paso del tiempo el fruto del arduo trabajo de “Alicita” daba fruto, pronto la panadería San Antonio se convirtió en el referente de toda la región, la “mogolla resobada” se empezó a consumir masivamente al punto que la gente hacía fila para comprarla.

Alicita Cornejo convirtió a la panadería San Antonio, en el primer negocio de venta de víveres del pueblo. Además de ser una gran trabajadora Alicita era un ser humano entregado al servicio por lo más necesitados.

“Me siento orgullosa de haber sido familiar de ella y haber aprendido tantas cosas de una persona entregada al servicio de los demás” dice su sobrina Lucero. Alicita fue creando tradiciones. Los sábados repartía 120 mercados, ayudaba con medicamentos a personas hospitalizadas, patrocinaba estudiantes y vocaciones  religiosas e impulsó el ancianato de la zona, pues para ella, los sacerdotes, los enfermos, niños y los ancianos eran los más necesitados.

Alicita estuvo al frente de la panadería por 70 años amasando lo que para Lucero fue el secreto de su éxito: “la abundancia de darle a otro sin tener límites”. Concepto que cada año hacía crecer al ritmo que su negocio se tornaba más exitoso: “por eso el pan para nuestras vidas ha sido una bendición”, y no solo porque su familia ha podido sobrevivir con la venta de este producto, sino porque de paso les ha permitido ayudar a quienes más lo necesitan.

A los 86 años Alicita sufrió una enfermedad, por lo que su sobrina Ana Lucía a quien le dicen en Ubaté “Lucero” decidió también dejarlo todo para convertirse en empresaria, decisión que para ella no fue fácil, pues no vivía en Ubaté y tenía un hijo, pero aceptó el reto con el firme propósito de mantener el legado de su tía, y hace 11 años que está al frente de la panadería y los resultados no pueden ser mejores:

Pasó de tener 25 empleados a casi 70 personas que trabajan por turnos en una producción de 24 horas, como lo exige un negocio que ahora surte a las tiendas del pueblo y  las poblaciones vecinas. El 80% del personal es femenino y  en su mayoría son cabeza de hogar.

La panadería San Antonio sigue haciendo historia en Ubaté. Cien años parece mucho tiempo, pero que hoy en día  la gente haga  fila desde las 5:00 a.m., es una muestra de la vigencia del negocio. 

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