Hay sustos de película… y hay pán-icos de panadería.
Porue, seamos honestos: ¿qué da más miedo?
¿Un fantasma en el televisor o que tu horno decida “descansar en paz” justo antes de una entrega importante?
Este Halloween Levapan trae la solución para cada pán-ico.
Aquí te dejamos nuestro manual de supervivencia panadera para que ningún susto te quite la sonrisa… ni la levadura.
Pán-ico #1: ¡La masa no levó!
El terror más clásico de todos. Te levantas, miras el bowl… y nada. Silencio absoluto. El culpable puede ser la temperatura o una levadura agotada.
Hechizo salvador: usa Levadura Levapan, mantén el agua tibia (no caliente) y deja reposar en un lugar cálido. La magia (y el esponjado perfecto) regresarán en minutos.
Pán-ico #2: ¡El bizcocho se hundió en el centro!
Tu obra maestra se hundió como el Titanic. Tranquilo, no es una maldición: probablemente abriste el horno demasiado pronto.
Conjuro infalible: evita abrir el horno antes del tiempo indicado y usa Mezclas Levapan, que garantizan estructura y consistencia.
Pán-ico #3: ¡El glaseado se derrite!
Tu pastel parecía digno de vitrina… hasta que empezó a llorar. Sí, el clima húmedo puede convertir tu glaseado en una pesadilla.
Hechizo refrescante: trabaja en ambientes frescos y prueba los rellenos y coberturas Levapan, resistentes al calor y a los sustos.
Pán-ico #4: ¡Las galletas se esparcen demasiado!
Tus galletas se transformaron en una sola gran masa mutante.No es brujería, probablemente la mantequilla estaba demasiado blanda.
Antídoto: enfría la masa antes de hornear y usa aditivos Levapan, que ayudan a mantener la forma perfecta.
Pán-ico #5: ¡El cliente cambió el pedido a última hora!
Nada da más miedo que una llamada de “solo un pequeño cambio”… a cinco minutos de la entrega.
Truco para sobrevivir: ten siempre a la mano productos Levapan, listos para resolver imprevistos: mezclas, rellenos, glaseados y todo lo que salva el día.
En esta temporada de sustos, recuerda que los fantasmas se espantan pero los pán-icos se previenen. Levapan te desea un Halloween sin sustos… ¡y con mucho sabor!