Historias del ciervo

Historias del Ciervo

En la vida nada está escrito. Y es que iniciar una y otra vez no es sinónimo de crisis, ni mucho menos de una vida desordenada o de la necesidad urgente por cambiar algo que está mal. Todo lo contrario; reinventarse trae consigo nuevos retos, y una oportunidad para cumplir una pasión, un sueño y atender al llamado de ese yo interior que a ratos nos grita pero que por temor o simplemente por estar mejor en la llamada “zona de confort” muchos ignoran.

En la vida nada está escrito. Y es que iniciar una y otra vez no es sinónimo de crisis, ni mucho menos de una vida desordenada o de la necesidad urgente por cambiar algo que está mal. Todo lo contrario; reinventarse trae consigo nuevos retos, y una oportunidad para cumplir una pasión, un sueño y atender al llamado de ese yo interior que a ratos nos grita pero que por temor o simplemente por estar mejor en la llamada “zona de confort” muchos ignoran.

Esta es la historia de Julián Ángel, un colombiano que bajo el seudónimo de “Historias del Ciervo” se ha convertido en un fenómeno global de la pastelería en redes sociales y que hoy por hoy, bajo una metodología de trabajo enfocada en compartir y enseñar su talento, ha dejado el nombre del país en alto en más de una decena de lugares alrededor del mundo. El que no arriesga un huevo…

Antes de 2015, la vida de Julián Ángel no era muy diferente a la de muchos jóvenes en el país; estudió una carrera de Comunicación Social y se desempeñaba como diseñador web y de aplicaciones.

Nació en 1984 en Armenia, Quindío, pero por cosas de la vida resultó en la ciudad de Medellín, lugar en donde reside actualmente.

Pero ¿qué tiene que ver un diseñador con un artículo enfocado en pastelería? En esta ocasión mucho. Mientras desempeñaba su rol de diseñador algo en su interior le aconsejaba contemplar otras opciones que lo llenaran a nivel profesional en un 100%. Primero intentó con la cocina; consultó recetas por Internet, investigó en libros especializados y puso en práctica los procesos aprendidos mediante el equipamiento de la cocina de su casa.

Sin embargo aún no estaba del todo conforme, aunque según él “fue la activación del chip que despertó algo que no sabía hasta entonces que le gustaba”. Poco a poco fue introduciéndose más al mundo gastronómico hasta que en un punto descubrió la pastelería.

“Comencé con muffins de chocolate. La verdad pensaba que esto era como la cocina que uno simplemente consultaba la receta y la interpretaba a su manera. Pero no. A pesar que se ve sencillo, la pastelería tiene un nivel de complejidad alto en donde si no sigues paso a paso medidas y procesos el resultado no va a ser como lo imaginabas”

Argumenta Ángel

Aunque seguía desempeñando su profesión, porque de algo se tiene que vivir mientras se persigue un objetivo, la curiosidad por saber más de la faceta dulce de la gastronomía no cesaba. Incluso, empezó a trabajar desde su casa y mientras atendía reuniones vía Skype con sus jefes, el ruido de fondo de las batidoras comenzó a ser una constante. Su fuente de información y de formación desde siempre fue Internet. Investigaba en páginas temáticas, leía libros, encontraba inspiración en lugares como Pinterest e incluso ensayaba a prueba y error mediante videos que otros compartían.

Su primer experimento en redes sociales fue a través de Instagram en donde empezó a subir sus creaciones. Con la ayuda de una cámara fotográfica retrató cada uno de sus productos, e incluso decidió grabar videos cortos de 30 segundos para compartir ciertas técnicas que hacían ver procesos como el ensamble y la decoración de tortas como algo muy sencillo.

Sin saberlo, el auge de su cuenta en Instagram lo puso en el radar de otros perfiles que recomiendan los productos más destacados de la red. Incluso, la propia compañía Instagram, al ver su popularidad y lo novedoso de su propuesta, lo entrevistó para una revista que circula en Estados Unidos. Justamente, de todo este despliegue digital nació la primera invitación a dictar una capacitación en el exterior, y que hoy por hoy es el campo de acción de su día a día.

ACTUALMENTE, HISTORIAS DEL CIERVO TIENE UN NÚMERO DE 257.000 SEGUIDORES EN INSTAGRAM, LO QUE EQUIVALE A 7 VECES EL AFORO COMPLETO DE UN ESTADIO COMO EL CAMPÍN DE BOGOTÁ

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