Experto Panadero 2023

¿Qué quieren encontrar los niños en la panadería?

Niños en la panadería
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El sector panadero actualmente se enfrenta a un desafío inmenso: conquistar desde ya a los futuros clientes.

Los niños, son el mercado por el cual, la panadería y la pastelería deben trabajar en conquistar, si no lo hacen, el riesgo que afrontan es demasiado alto, pues el negocio se verá afectado a corto plazo.

Interesados en esta urgente necesidad del sector, Levapan está llevando a distintas ciudades de Colombia el seminario: “Los niños, pequeños consumidores, clientes gigantes” a cargo de José Ricardo Franco*, y hoy en revista Pan Caliente les contamos de qué se trata.

Los niños y la panadería.

Actualmente los niños no tienen una conexión con la panadería, mientras que otros artículos como paquetes, dulces, paletas, etc., les están hablando permanentemente a través de sus colores, sus trazos, los muñequitos, mientras que los productos panaderos no.

Los niños son un gran potencial del mercado, pero para poder trabajar por y para ellos como consumidores, es necesario comenzar a verlos, descubrirlos en todos sus aspectos, sus imaginarios, sus fantasías, sus experiencias y su relación con el pan y la bizcochería.

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Los dejamos con la respuesta de dos niñas, Natalia y Manuela de 6 y 7 años:

“Es un humano. Son malos a veces, son buenos a veces, lloran, gritan, juegan, pelean, se bañan, a veces no se bañan, es una persona que se divierte mucho y es muy necio y la mamá lo quiere mucho. Él le da besos a la mamá y al papá; le gustan mucho los deportes y es un alumno”

Como adultos nuestra definición de niños es muy distinta, nosotros los vemos como a una distancia, cuando realmente los niños deben estar de lado nuestro por una sencilla razón; la creatividad y la imaginación de ellos es la fuente de inspiración de la panadería, pues los panaderos son gestores de experiencias y de recuerdos, van dejando una huella emocional a través de lo que hacen día a día.

Así qué llegó el momento de rescatar la rica imaginación del niño y ponerla en función del negocio de la panadería.

Crecer es consumir y uno de los primeros alimentos que llega a nuestra vida es el pan y es un alimento que nos va a acompañar toda la existencia.

Hay un elemento muy importante y es que todos fuimos niños, lo que pasa es que lo hemos ido olvidado, tanto, que los vemos ajenos a nuestra vida.

“En mi casa he reunido juguetes pequeños y grandes, sin los cuales no podría vivir. El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre el niño que vivía en él y que le hará mucha falta.” Pablo Neruda.

Volvamos a jugar, redescubramos esa magia de ser niños. ¿Usted se ha preguntado que hace un niño cuando entra a la panadería? ¿Ha caminado de rodillas? Y ¿Ha visto su panadería desde abajo?

Las panaderías están hechas para la altura de los adultos y desde ahí se cree que está perfecto, pero un niño lo hace de otra forma, tiene otra altura, para alcanzar a ver lo que hay tienen que alzar su cabeza, forzarla a mirar lo que no está a su alcance. Eso es un indicador que no está acorde a él, las emociones del niño son diferentes a las del adulto. Los adultos tienen más del corazón y los niños más de emoción.

Haga el ejercicio en su panadería y mire como un niño la experimenta, el panorama es muy distinto. Muchos de los sentimientos son aprendidos mientras que las emociones de los niños sin innatas, por eso a veces ellos se ríen o no de lo que los divierte.

¿Ha visto a un niño trabajar con masa? ellos recrean el mundo a través de su imaginación, ellos cuentan historias, permítale hacerlo y de esa masa saldrá pura fantasía.

Inviten a sus hijos a hacer laboratorio en su panadería, póngalos a hacer cosas, creen con ellos, son una gran fuente de inspiración, ellos sueñan con cosas que nunca fueron y se preguntan ¿por qué no?

Se nos dificulta leer a los niños, hay que vivir el mundo como lo hacen ellos ¿Recuerda cómo era usted de niño?

“Solo con el corazón de los niños se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos de los adultos”.

Aprendamos a ver el corazón del niño, verlo es mejor que hacerle preguntas, a través de su corazón de sus sentimientos, de sus emociones. Exploren, vivan, no desfallezcan, las oportunidades van llegando con esfuerzo.

Todos los productos para niños deben permitir la creación de una historia, sino la hay, el niño no puede contextualizar el producto. Para ellos la comida debe ser sinónimo de diversión de lo contrario no los conecta emocionalmente.

Lo esencial del pensamiento y del comportamiento del niño es la magia, si los productos que se les ofrecen en panadería y pastelería no les permiten el pensamiento mágico, ahí están fallando, la magia se consigue con el color, aroma, textura, sabor y con la imagen.

La primera pregunta que usted debe hacer cuando lleguen a solicitar una torta de cumpleaños para un niño debe ser ¿A qué quieres qué sepa? ¿Qué tamaño? ¿Qué forma la deseas? Y no la típica pregunta ¿para cuántas personas?

Las panaderías en general tienen una producción muy repetitiva, parece que se han olvidado de crear, y hoy es cada vez más necesario hacerlo en medio de un mundo en el que llegan propuestas de todas partes.

Las exhibiciones deben estar pensadas en ellos, a su altura, con mobiliario acorde, con vitrinas que los inviten a coger lo que quieran.

Hay grandes negocios que tienen ese tipo de exhibiciones y permiten que el niño elija el producto, que meta el dedo y pruebe, en síntesis donde no le prohíben que experimente ¿Ha pensado en poner muestras de sus productos para que los niños se enganchen con ellos?

Hay que verlos de manera integral, conjunta desde su entorno, no solamente visualmente. ¿Cómo se alimentan? ¿Cómo consumen? ¿Cómo se divierten? ¿Cómo son sus actividades? ¿Cómo son como compradores?

El filósofo Sócrates nos dejó una respuesta a esta pregunta y la escribió 425 años antes de Cristo:

“Hoy en día los niños son unos tiranos, contradicen a sus padres, engullen su comida y tiranizan a sus maestros”

No, siguen siendo iguales, no es que sean más inteligentes ahora que antes, no, simplemente tienen acceso a otro tipo de tecnología, el cerebro no les ha cambiado.

Todos los niños no son iguales, hay que pensarlos en diferentes edades y diferentes momentos, por eso los abordaremos desde el proceso biológico y neurológico del niño.

  1. Etapa de la dependencia, va entre los 0 y los 2 años:

En esta época el niño es altamente influenciador, las madres compran los productos pensando en cómo van a reaccionar, por lo tanto la influencia de ellos de manera indirecta es impresionante, la panadería y la bizcochería entran en la vida del niño a partir del año.

Todo lo que se haga para niños entre 1 y 7 años deben tener las siguientes características:

  • Debe ser redondo o por lo menos con curvas, eso hace que le cerebro lo reciba como más seguro, confiable, amable, nutritivo, natural y de mejor sabor. Por eso las tortas redondas son las que más se venden, y es porque está ligado a un procesamiento neurológico. ¿Se han dado cuenta que las caricaturas de Disney todas son redondas?
  • Los productos para estas edades deben ser de colores contrastantes, muy fuertes como rojos, amarillos, naranjas, verde limón, nada en colores pastel, igual a los que se usan en los juguetes diseñados para esa edad, es muy importante tenerlo en cuenta, porque el cerebro necesita esos contrastes para estimular las neuronas.
  • Las texturas deben ser suaves y húmedas que prácticamente se fundan en la boca. Tenga en cuenta que un niño puede morder hasta los 7 años antes, el paladar les duele si les damos cosas duras.
  1. Etapa de la autonomía, va de los 3 a 7 años:

A los 3 años, el niño se vuelve autónomo, es decir ya expresa lo que quiere y lo que no, son grandes decisores de compra. Aquí es importante usar sabores que el niño pueda adivinar, porque en esa etapa llega el metalenguaje, que es cuando el niño empieza a jugar a los trabalenguas y pone a sus padres por ejemplo a que los repita, les gusta confrontar, es decir, que los retos son atractivos para ellos.

Por lo tanto los productos que se hagan para esta edad deben ser de sabores, colores, de sensaciones gustativas que exploten en la boca, que se las pinte, los sabores ácidos e hiperácidos son sus predilectos, por eso la combinación de chicle con morazul por ejemplo les parece fantástica, en definitiva los cautiva los sabores no convencionales.

El cerebro en esa etapa necesita desarrollar toda la parte gustativa y las habilidades sensoriales.

Las niñas en esta etapa son absolutamente olfativas todo lo huelen y si no les huele bien, por muy bonito que sea, lo dejan de lado. Aquí también aparecen los héroes y villanos, así que haga productos de Batman, Spiderman, etc., pero también tiene que estar el villano, porque el lóbulo frontal está en plena formación y es allí donde está la intención, el bien y el mal, así que explore distintas formas, ya no solo redondas, muchas otras que les representen acción, recuerde el reto y la novedad es lo que a esa edad les gusta.

  1. Preadolescentes o Early Tweeth, va de los 8 a los 11:

Es una edad muy compleja porque ni son niños ni adolescentes, y tiene una característica muy importante, los niños se separan de las niñas debido a que empieza un proceso a nivel neurobiológico de afianzamiento de la masculinidad y de la feminidad, aquí sí puede elaborar productos para las niñas color pastel, con florecitas, mariposas, etc. y para los niños lo que represente fuerza, poder y masculinidad, por eso es frecuente ver que escogen por ejemplo, la piñata de Harry Potter, porque la fantasía dejó de ser caricatura y a esa edad se humaniza. En este rango de edad no funciona hacer el mismo producto para ambos géneros, hay que darles opciones a cada uno y con las cosas que los puede cautivar.

  1. Preadolescencia final, va de los 12 a los 14:

Aquí los niños y las niñas se vuelven a unir, empiezan a buscar su primer amor, aparece naturalmente su primer amor real, se da todo el desarrollo neurológico y fisiológico para enfrentar una vida adulta, entonces para ellos lo sabores, fragancias y texturas deben ser muy especiales, estos niños nos obligan a pensar en unos productos más particulares, aparece lo saludable porque ellos empiezan a crecer y a preocuparse por la figura, productos con características que trascienden la diversión, degradaciones en color, nuevas opciones en texturas, para ellos todo lo que represente romance es lo que los atrae, porque están en ese proceso de reencontrase con el otro.

  1. Adolescencia, va de los 15 a los 18 años:

Es una edad muy compleja y prácticamente ningún sector trabaja para ellos porque es la etapa dónde no les gusta nada, sin embargo desde la panadería se podrá seguramente encontrar algunas alternativas para ofrecerles, las cuales trabajaremos en otro momento. En esta ocasión nos concentraremos hasta los 14 años.

Es importante tener claro que cada etapa del desarrollo trae consigo unos productos particulares, ahí está el reto para los panaderos pues los reta a pensar en ellos de manera muy interesante, como consumidores.

Comer para el niño sigue siendo parte del juego y no le podemos quitar esa condición. Aprópiense del mundo del niño como parte de su realidad.

“Entender el mundo de los niños, es entonces, aprender a leer sus efímeros y fantásticos pensamientos imaginarios y fantasías”

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* Psicólogo y Publicista, Especialista en Mercadeo, Magister en Antropología Social, Especialista en Psicología del Consumidor. Consultor en Neurobranding, Estrategia y Marketing Alimentario.

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